viernes, marzo 29, 2024

Debe el cine ser crítico, no sólo testimonio: Felipe Cazals

GUANAJUATO, Gto.- Para Felipe Cazals, el cine, como cualquier otra expresión artística, debe tener una propuesta crítica y una reflexión de fondo para no quedarse en simple testimonio, sino que proponga una verdad, al menos cinematográfica, sobre el asunto que está tratando.
“Mi cine no es testimonial, mi cine trata de tener un punto de vista crítico sobre lo que estoy relatando. Hacer solamente no es suficiente, el compromiso no se adquiere testimoniando, el compromiso se adquiere teniendo una reflexión, sobre lo que estás hablando”.
Así lo aseguró luego de recibir la Medalla Cervantina y la primera Medalla al Mérito Humanístico por parte de la Universidad de Guanajuato (UG), debido a la importancia de su obra cinematográfica, misma que representa un parteaguas en la historia del cine mexicano debido a los temas que trata en general ligados con la violencia social como es el caso de “Canoa”, cinta en la que hace una reflexión crítica sobre el caciquismo, según sus propias palabras.
La película narra y se basa en el caso del linchamiento de varios trabajadores de la Universidad de Puebla, ocurrida el 14 de septiembre de 1968 en el poblado de San Miguel Canoa, sin embargo, el autor diferencia de esta violencia y la que ocurre en el país actualmente.
En el caso del relato visual, asegura que se trata de una violencia que incide en los descriptivo, impuesta y detallada por el autor, director o guionista. “Lo terrible de la actualidad es que la violencia está fuera de su dimensión y se ha convertido precisamente en un atractivo negativo que satisface apetitos muy elementales y que no tienen ningún significado (…) te voy a dar un ejemplo, hasta el final de la Primera Guerra Mundial no se filmaban los cadáveres; desde la Guerra de Vietnam se filman los cadáveres, los destripados, los quemados, ¿por qué?, porque se perdió el contrapeso de lo que significa la violencia”.
La rectora del Campus Guanajuato de la UG, Teresita de Jesús Huerta Barrera, y el director del Museo Iconográfico, Onofre Sánchez Mechero, fueron los encargados de entregar las preseas al homenajeado.
En sus discursos, ambos resaltaron la importancia de la obra realizada por el cineasta, cuya lucha social se hace desde el arte. En el caso de la máxima casa de estudios, se trata de la primera presea del tipo que se entrega, debido a que su obra corresponde “a toda la humanidad”, y ha dado muestras de lo que “es la esencia del hombre”, según lo destacó Huerta Barrera.
La obra de Cazals abarca más de 28 piezas entre as que destacan: El año de la peste (1978); La güera Rodríguez (1977); Las poquianchis (1976); El apando (1975); Canoa (1975); Los que viven donde sopla el viento suave (1973); Aquellos años (1972); El jardín de la tía Isabel (1971); Emiliano Zapata (1970); Familiaridades (1969) o La manzana de la discordia (1968), entre otras.
Su particular punto de vista como director le ha valido recibir diversas condecoraciones en distintos Festivales de Cine, ha sido galardonado numerosas veces con el premio Ariel; recibió el Oso de Plata en el Festival de Berlín, por “Canoa”. En 1985 recibió la Concha de Plata como mejor director en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, por “Los motivos de Luz”. La Muestra de Cine Mexicano e Iberoamericano, en Guadalajara, le otorgó en 2004 el Mayahuel de Plata. La séptima edición del Festival Internacional de cortometraje “Expresión en corto” de Guanajuato le ofreció un premio-homenaje. La Filmoteca de la UNAM, por su parte, le otorgó la Medalla de Plata y en 2008 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007, en el terreno de las Bellas Artes, entre otras.

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