jueves, marzo 28, 2024

El hombre que heredó un Rector

Guanajuato, Gto.- «A la muerte se le toma de frente y con valor» escribió Allan Poe: Así lo hizo hoy, a sus 92 años, Don Juan Guerrero Olmos papá del Rector de la Universidad de Guanajuato, Luis Felipe Guerrero Agripino.

Familiares y conocidos lo recordarán por la eternidad como un hombre: inteligente, discreto, trabajador, y muy allegado al núcleo familiar.

«Era lo máximo, muy inteligente, supo hacer de todo, fue lo máximo» recordaron, con un nudo en la garganta, sus hijas Aurelia y Margarita Guerrero Agripino.

Don Juan Guerrero dejó, a sus hijos, un legado inconmensurable, invaluable y eterno: su vida y su ejemplo.

Para el Rector de la máxima escuela de estudios de Guanajuato hoy se fue «un hombre que dejó un legado moral que está más allá de todos los títulos: respeto, lealtad y gratitud».

«Se fue un hombre discreto y que siempre estuvo en silencio» expresó, entre el dolor del recuerdo y el orgullo por su padre reflejado en sus lágrimas, Felipe Guerrero Agripino.

Entre aplausos, el silencio de Dios, y los presentes se despidieron de Don Juan Guerrero acompañados de acordes tristes de una guitarra y letras de oro pues saben «que no volverán sus ojos a mirarlo».

Así dieron su último adiós al ‘Rey’ de los Guerrero Agripino.

Los restos de Don Juan descansan, en el panteón, Jardines Eternos de Silao; su alma está con Dios, «su esposa, el amor de su vida, y su primogénito».

Su espíritu se queda en cada mirada, cada gesto, cada aliento, cada esfuerzo y cada victoria de sus hijos y sus nietos.

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