Con el incremento de temperaturas que caracteriza esta temporada, el organismo humano enfrenta mayores desafíos para mantener su equilibrio interno. La Secretaría de Salud emitió un llamado preventivo explicando cómo identificar y contrarrestar los efectos del calor extremo, que pueden manifestarse a través de señales corporales como la sed persistente y cambios en la orina.
Durante los periodos de alta temperatura, el cuerpo activa mecanismos naturales de enfriamiento, como la sudoración, lo que provoca una mayor pérdida de líquidos. Si este proceso no se compensa adecuadamente, puede desencadenar desde deshidratación leve hasta condiciones más graves como el golpe de calor.
El golpe de calor es una de las principales afecciones de la temporada. Sus síntomas incluyen sed excesiva, orina oscura o escasa, cansancio inexplicable, dolor de cabeza, boca seca y vértigo. Estas señales no aparecen de forma aislada, sino como parte de un deterioro progresivo del balance hídrico del cuerpo.
La coloración oscura de la orina, por ejemplo, indica una alta concentración de desechos en un volumen reducido de líquido. Esto revela que los riñones están tratando de conservar agua ante la pérdida excesiva por sudoración, lo cual puede provocar complicaciones renales y circulatorias si no se atiende a tiempo.
Para contrarrestar estos efectos, los especialistas recomiendan una hidratación constante y controlada. La Secretaría de Salud sugiere consumir al menos dos litros de agua natural, hervida o clorada a lo largo del día, lo cual ayuda a reponer las pérdidas por calor y prevenir complicaciones.

Entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde se presenta el mayor riesgo, debido a la alta incidencia solar. En ese horario, la radiación ultravioleta y la temperatura ambiental alcanzan sus picos más altos, lo que eleva el estrés térmico y puede sobrepasar la capacidad del cuerpo para autorregular su temperatura.
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La vestimenta adecuada también juega un papel clave en la prevención. Se recomienda usar ropa ligera y de colores claros que cubra brazos y piernas, así como gorras, sombreros o sombrillas para reducir la exposición directa al sol. Los colores claros reflejan más radiación solar y las telas ligeras favorecen la evaporación del sudor, mecanismo esencial para el enfriamiento del cuerpo.
Las autoridades también advierten sobre los grupos más vulnerables, como niños menores de cinco años y adultos mayores, cuya fisiología los hace más susceptibles a los efectos del calor. Se les debe prestar especial atención durante esta temporada.