En esta Semana Santa, Silao enfrenta una crisis de basura que exhibe la ineficiencia de la empresa NKN y la falta de liderazgo dede la administración municipal.
NKN, concesionaria del servicio de recolección de basura, recibe 4 millones de pesos mensuales, pero no cumple con sus obligaciones. Las calles de Silao están llenas de desechos, y la empresa no ha proporcionado información sobre las rutas ni los horarios de recolección, especialmente durante este periodo vacacional.
Silao luce sucio en Semana Santa. La procesión de los actores del viacrucis católico serán testigos de tan tremenda suciedad en las calles de su ciudad.
La alcaldesa Murillo ha reconocido las fallas de NKN, pero ha pedido paciencia a la ciudadanía mientras se revisa el contrato con la empresa . A pesar de las denuncias y la evidente acumulación de basura, la administración municipal no ha tomado medidas efectivas para resolver el problema.
La situación se agrava por la falta de comunicación oficial sobre el servicio de recolección durante la Semana Santa. Ni el municipio ni NKN han informado a los ciudadanos sobre los días en que se realizará la recolección en esta Semana Santa y las otras no santas, lo que ha generado confusión y ha contribuido a la acumulación de basura en las calles.
Además, la empresa NKN no cuenta con la experiencia ni la infraestructura necesarias para prestar un servicio adecuado. No tiene una página web que respalde su experiencia en manejo de residuos, ni vehículos especializados para la recolección de basura. Y aún así, sigue en las cuentas por pagar de Presidencia.
La concesión de NKN fue otorgada durante la administración del exalcalde Carlos García, y la actual administración ha señalado que revocar el contrato costaría al municipio 374 millones de pesos . Sin embargo, la falta de acción inmediata perpetúa un servicio deficiente que afecta la salud y la imagen de la ciudad.
Es imperativo que la alcaldesa Melanie Murillo tome medidas decisivas para resolver esta crisis. La revisión del contrato con NKN debe acelerarse, y se deben explorar alternativas para garantizar un servicio de recolección eficiente y transparente.
Silao merece un gobierno que priorice la salud pública y la calidad de vida de sus habitantes. La acumulación de basura no solo es un problema estético, sino una amenaza para la salud y el bienestar de la comunidad.
Es hora de que las autoridades municipales asuman su responsabilidad y actúen con determinación para limpiar las calles de Silao y restaurar la confianza de los ciudadanos en sus gobernantes.
Sería un pecado muy grave, que el día de resurrección, Silao siga igual de sucio como estos últimos tres años.