viernes, marzo 29, 2024

Un respaldo a la sospecha de SMA

1.- Un guión bastante armado

La filtración que se hizo a un diario local para respaldar la versión oficial de la Procuraduría General de Justicia del Estado, en el caso del triple homicidio en San Miguel de Allende, sólo defiende el discurso oficial.

Curioso que ante la filtración mediática, el Mandatario, Miguel Márquez Márquez, rompa los protocolos y festeje efusivamente la noticia, pues celebró por primera vez en su historia, una “ilegalidad” que le favorece.

Nada mejor que noticias enmendadoras.

A fin de acreditar la verdad que necesitaba la información publicada, el Gobernador de Guanajuato la confirmó y recordó, por supuesto, que desde siempre, él estaba bien convencido que se conocería tarde o temprano la verdad.

En esta ocasión, fue muy temprano.

Según la filtración, el padre de los menores asesinados, léase Antonio Luna, habría esperado un operativo policiaco de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) para matar a sus tres hijos, a fin de que éstos no sufrieran en las manos de los “malhechores.”

2.- Las dudas detrás del caso

Las dudas sobre por qué la policía municipal nunca intervino ante los llamados de auxilio de la pareja, nunca se despejarán. La duda de por qué no se exhibió la orden de cateo en la finca que cuidaba Antonio Luna, tampoco se resolverá.

La duda de que los menores fueran entregados sin certificado de defunción y sepultados con sospechas de todos sus tíos, quedarán en la misma tumba, porque según las autoridades, los mismos padres han pedido a los visitadores de los Derechos Humanos, se abstengan de continuar con sus investigaciones.

Nunca sabremos tampoco cuál era el grupo criminal que se le escapó al Procurador, ni cuántos casquillos quedaron en la escena tras el enfrentamiento, ni tampoco se sabrá los gritos de auxilio que se grabaron en el 911.

Un mundo de sospechosas y sospechosismos.

Juzgue usted.

Según la filtración, la confesión del papá se habría hecho el jueves pasado, justo diez días después de que, coincidentemente, la Procuraduría Estatal de Derechos Humanos (PEDH) recibiera un escrito para que se abstuviera de continuar las investigaciones de la queja oficiosa que abrió a propósito de la tragedia.

Y como no se había dado la filtración, sino hasta ayer, el ombudsman dio la orden de dar a conocer que, desde hacía bastante tiempo, ellos recibieron la indicación de olvidarse de las indagatorias, pero justo ayer se dieron cuenta que la tenían.

Es decir. ¿Si el diario no publica su “filtración”, el Procurador de Derechos Humanos tampoco diría nada del escrito?

Curioso todo.

Sospechosos, todos.

 

 

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